¡Vamos a hacer un muñeco de nieve!

El sábado salimos en coche para Segovia, Ana miraba por la ventana y por cada parcelita de nieve que veía decía: -¡¿hacemos muñecos de nieve?!-.

Al principio decíamos: -Nooo Ana, que vamos a ver a los abueeelos, además, hace muuucho frío!- (cuando dices cosas así te sientes un padre muermo y no te gustas nada a ti mismo). A partir de la cuarta vez que dijimos "no" nos miramos con cara de "esto no puedes seguir así, tenemos que ser unos padres guays".

¡Dicho y hecho!, ayer planeamos una salida a la nieve para esta mañana. Como Ana estaba cenando un poco mal utilizamos la noticia para chantajearla un poco (Supernany, tú no mires) y funcionó.

Nuestra experiencia: Como el 90% de las veces que hacemos un plan de estos, hemos salido una hora después de lo planeado: Desayunar, vestirnos y preparar todo lo necesario (tres bolsas de las grandes de Carrefour) puede parecer fácil  pero no lo es.

El camino en coche ha sido un poco tenso ¡¿qué ha pasado con toda la nieve del sábado?!, ¿¡porqué si por la ventana hace un día soleado maravilloso fuera hace un día desapacible!?... pero hemos tenido suerte.

Hemos encontrado un sitio muy majo resguardado del viento, lleno de nieve limpita y, lo mejor de todo, para nosotros solos así que ¡hemos hecho un muñeco de nieve!

Ana se lo ha pasado genial, se lo ha currado muchísimo consiguiendo nieve y aplastándola... ¡hasta (según sus palabras) le ha puesto mofletes! Como toque final le ha dado un besito y ha descubierto que el muñeco de nieve ¡tiene la carita muy fría!. ¡Qué buena mañana hemos pasado!

Al igual que lo de pisar charcos ¡una actividad superdivertida y gratis*!
See you later alligator.

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* Gratis si, pero hay que llenar tres bolsas grandes de Carrefour de ropa para que una familia de tres sobreviva seca y calentita a una mañana en la nieve.