El jueves fuimos al Zoo, queríamos aprovechar el que parecía ser el único día de sol de la Semana Santa en Madrid.
Esta es la tercera vez que vamos con Ana... en la primera nos pudo la emoción de hacer cosas nuevas con nuestra hija y nos precipitamos porque era demasiado pequeñita para darse cuenta de donde estaba. La segunda estuvo muy bien (Ana acababa de cumplir los dos años).
Con cada visita ganamos en comodidad, ayer me parecía mentira ¡no tuve que preparar un bolsón! (lleno de pañales, toallitas, papillas, tres cambios de ropa...) íbamos prácticamente con lo puesto.
El día salió redondo. Los tres disfrutamos muchísimo: Ana de los animales y nosotros de verla a ella pasárselo bien y narrarnos lo que observaba:
¡Alaaa, que tortuga más graaande!
¡Un "jalabi" como el de mi puzzle!
¡Los flamencos se tiran eructos!
La zona de La pequeña granja está fenomenal, sobre todo por el cerco de las cabritas. Una zona en la que los papás podemos entrar con los niños a que toque unas cabritas que deben estar hasta el moño de nosotros (seguro que nos ponen a parir en cuanto cierra el parque).
Luego están las típicas exhibiciones de delfines, aves y focas... nosotros, como los delfines a Ana no acaban de convencerla, esta vez fuimos a la de aves. Y cito a David en facebook:
"La mañana en el zoo con la jefa ha estado de lujo, pero nunca lleveis a un niño de dos años al show de vuelo de las aves rapaces: solo son pajaros que vuelan, si hubiera tenido Ana un rifle a mano hubiera añadido picante al espectáculo."
Visitamos la zona de los gorilas (me encantan) y disfruté muchísimo de ver como jugaba una cría con su mamá, Ana alucinaba y no paraba de preguntar: -¡¿Qué hacen mamá, qué hacen?!-. Grabamos un vídeo precioso que estoy deseando editar para que Ana lo pueda ver en la tele. Si me queda chulo lo publicaré en youtube para que lo veáis. Para mi fue el momento más auténtico de la visita.
En definitiva diría que, pasar el día en el Zoo, es un buen plan con niños a partir de los dos años y medio. Los críos se lo pasan pipa, descubren cosas, tú te partes escuchando sus ocurrencias y no paran de un lado para otro (lo cual te medio garantiza que llegarán agotaditos para que caigan fritos en cuanto toquen las sábanas).
No sé, a veces nuestra propia casa es más parecida a un zoológico que el zoo en si mismo., jeje.
ResponderEliminarLa verdad es que es un plan perfecto para ir con niños, si. A ver si algún nos hablas de Faunia, aunque tengo entendido que es para niños más mayores.